Opinion

Republica Exportadora de Docentes

Al inicio de la democracia se fundó las bases del Estado Docente a cargo del maestro Luis Beltrán

Prieto Figueroa con el fuerte impulso del Presidente Rómulo Betancourt y Raúl Leoni buscando

sacar del atraso al país, formando su talento humano en diferentes frente educativos que origino

el crecimiento más alto de Latinoamérica de profesionales calificados. Los planes de becas gran

Mariscal de Ayacucho sumando al nacimiento de universidades corporativas como el CIED nos

permitieron acercarnos al mundo desarrollado y traer tecnología intelectual al país. ¿Pero qué

paso con todo eso? ¿Por qué hago esta reseña histórica?

Con la crisis económicas de los años 80’s, ajustes macroeconómicos de los 90’s y el fin de la

meritocracia en el Chavismo; genero una desilusión gradual de quienes por años soñaban con el

desarrollo intelectual y personal que te generaba un respeto en la sociedad. Las escalas de sueldos

en las empresas e instituciones del Estado tomaban en cuenta ese desarrollo profesional pero con

la caída del poder adquisitivo del venezolano producto del estancamiento de los salarios y la

eliminación de la meritocracia donde el más jalador del grupo escala posiciones de poder

desplazando al capacitado lo que genera es un desencanto del sistema que hoy gobierna en casi

todos los niveles de la sociedad.

La politización del empleo, el fetichismo y la estética del aspirante a ocupar una posición laboral

desplaza al profesional que por años se prepara para dar lo mejor. También observamos que los

no calificados y algunos casos los que no terminaron la preparatoria son hoy los empresarios o

líderes que desconocen o degradan al conocimiento con las frases ¿aquí siempre se ha trabajado

así?, ¿para qué aplicar esa técnica si no da plata? O mejor ¿quiero organizar la empresa para ser

exitoso pero no quiero pagar impuestos? Eso impacta la iniciativa de prepararse.

Hoy el fenómeno social llamado éxodo de profesionales está impactando a todos los niveles

económicos y sociales del país una muestra de ello es el desinterés del talento humano de seguir

formándose para trabajar en Venezuela; su horizonte es emigrar y aprender todo lo que pueda

para ser útil en el exterior y doy fe de este ejemplo: Como director de un Instituto de capacitación

profesional en el último trimestre de cada año inicio un proceso de captación de nuevos docentes

para trabajar en Venezuela y la respuesta del público es sencillamente que menos de 8 personas

participan su deseo de trabajar con nosotros de cuales 3 de ellos ya tienen su consultora o firma

personal que da asesoría y capacitación, 2 trabajan en una empresa o entidad oficial y buscan

completar el ingreso familiar como dicen ellos (matar un tigre para completar el mes); ahora más

de la mitad de esos aspirantes no tienen nada o muy poco de experiencia como docente. Otros

solo dicen que terminaron el posgrado y creen tener el derecho de enseñar a nivel profesional

cuando este nivel de capacitación exige muchísima experiencia para poder transmitirlo.

Pues resulta que hace unos días coloque un aviso en las redes sociales buscando docentes

Venezolanos para un proyecto de capacitación en Latinoamérica y el resultado fue la postulación

de al menos 180 personas; todas ellas con posgrados, experiencia laboral y docente; toda una joya

o exquisitez de talento humano que sencillamente dejo de creer en Venezuela y ven en el

extranjero una posibilidad de lograr el reconocimiento a su capacidad intelectual de enseñar.

Algunos ya han dictado cursos fuera del país, otros están en procesos de legalización de

documentos y lo que más me llama la atención es la edad promedio de este capital humano de 15

años de experiencia.

Es el reflejo de la destrucción progresiva de Venezuela, la inflación, escasez y mediocridad en los

espacios laborales han marcado al deseo casi sin retorno de emigrar. Algunos funcionarios

gubernamentales han manifestado su preocupación por este fenómeno planteando políticas de

restricción de legalización de documentos como títulos universitarios; otros de la forma más

ignorante solo dicen que se vayan del país que aquí no los necesitamos lo que en definitiva es un

genocidio intelectual sin precedente en el continente y la pregunta que me hago ¿Qué clase de

profesor va a enseñar a mis hijas en la escuela? ¿Qué clase de trabajador me voy a conseguir?

Formamos el mejor talento humano del mundo para sencillamente dejarlo ir a construir su futuro

y porque no decirlo el propio futuro del país donde se va a erradicar; mientras un Argentina hace

posgrado a la edad de 40 años un venezolano a los 30 años ya tiene posgrado y experiencia que le

salió gratis al país receptor por ese talento humano y es por ello la xenofobia creada hacia los

venezolanos porque sencillamente somos buenos en lo que hacemos y desplazamos al más pintao

del lugar donde nos instalamos.

El resultado de este coctel es que sencillamente el joven profesional que deben pensar en

prepararse cada día para ser el mejor, hoy no quiera participar en las diferentes opciones de

capacitación que ofrece los gremios, universidad e instituciones de formación. Los diplomados que

se venden son los que tienen aplicabilidad en el exterior y por ello la baja matricula en los dirigidos

a nivel interno como los tributarios o laborales. Venezuela necesita reorientar el rumbo para

atraer al talento humano que no se vaya y que regrese el que se fue para refundar el país. Todo

sigue dependiendo del discurso y acciones que valoren al talento humano.

MSc. Orlando Cuicar Ortiz | Director Instituto CELUZ