El cortisol: La hormona del estrés que te impide adelgazar
Cuando el cortisol está alto todas las funciones anabólicas de recuperación, renovación y creación de tejidos se paralizan y el organismo cambia a un metabolismo catabólico para resolver esa situación de alarma. La consecuencia primera es que podemos almacenar un exceso de grasa como instinto de supervivencia, según EnFemenino.
Si se trata de situaciones puntuales no pasa nada, nuestro cuerpo volverá a su normalidad, pero cuando el estrés es prolongado y el nivel de cortisol se mantiene alto durante mucho tiempo podríamos incluso llegar a desarrollar el denominado Síndrome de Cushing (hipercortisolismo).
Veamos qué pasa cuando tenemos el cortisol elevado de forma crónica:
– Aumenta la obesidad troncular, lo que supone una redistribución de nuestra grasa: tendremos más grasa en la zona abdominal y menos en los brazos y las piernas.
– Hipertensión.
– Cansancio permanente, aunque nuestra actividad no sea muy alta.
– Dolores de cabeza.
– Descalcificación de los huesos.
– Falta de apetito o gula desmesurada.
– Problemas digestivos.
– Dolores o calambres musculares y disminución del volumen y fuerza muscular.
– Disminución de las defensas.