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Telegramas perdidos del Titanic revelan barbarie en el rescate

El diario británico «Daily Mail» reveló que se ha descubierto una colección de telegramas que describen la forma en la que el capitán del Mackay Bennett, el principal navío que participó en el rescate de las víctimas del Titanic, trató a los cadáveres.

Según esos telegramas, los cuerpos de los pasajeros de tercera clase del Titanic fueron arrojados al mar por los equipos de rescate para dar espacio a las víctimas de primera y segunda clase.

El 15 de abril de 1912, el Titanic, con bandera británica y en ese momento el mayor trasatlántico del mundo, se hundió durante su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York. Llevaba más de 2200 personas a bordo. Entre el 17 y el 24 de abril, el Mackay Bennett rescató de las aguas a 334 cadáveres.

Según los telegramas, el capitán del Mackay Bennett, Frederick Larnder, solicitó tirar por la borda los cuerpos de los pasajeros más pobres. La razón fue que su barco carecía del espacio suficiente para llevar a todos los fallecidos hasta el puerto de Halifax, en Canadá. Por ello, registró los cadáveres y, teniendo en cuenta su clase social, pidió que le dejasen tomar la decisión.

De acuerdo con el Daily Mail, los telegramas fueron enviados a los responsables de la White Star Line, la compañía naviera que operaba el Titanic. En total, son 181 los telegramas que han sido descubiertos.

Estos documentos fueron guardados por un ex empleado de la Cunard Line, la compañía que compró a la White Star en 1934. Él los recuperó de un contenedor al que habían sido arrojados y se los entregó a su hija. Posteriormente, en la década de 1980, la mujer se los dio al historiador experto en el  Titanic Charles Haas. Este los restauró durante más de treinta años. Ahora serán subastados.

Hass, de 69 años, dijo al Daily Mail que los cuerpos fueron minuciosamente registrados por los marineros en busca de su boleto o cualquier pertenencia que atestiguara si eran ricos o no. Después de ello, 116 cadáveres fueron arrojados a las aguas. De manera oficial, lo que se hizo fue un «entierro marítimo».

En uno de los telegramas enviado desde Halifax se pide al capitán del Mackay Bennett que lleve al puerto todos los cadáveres que pueda. «Es absolutamente necesario que traiga todos los cuerpos que pueda acomodar». El marino respondió que «Se ha hecho un registro cuidadoso de todos los papeles de dinero y objetos de valor encontrados en los cuerpos. ¿No sería mejor enterrar los cuerpos en el mar a menos que los parientes pidieran específicamente preservarlos?».

En los mensajes posteriores se ve el enorme estrés que sufrieron los empleados de la White Star que estaban en tierra. Estos tuvieron que procesar tantos cadáveres y mensajes, que enviaron lo siguiente: «La oficina de Halifax tiene un colapso total esta noche. Por favor, informad a la oficina de Nueva York que no se podrá realizar ningún trabajo mañana. Tendremos que dejar de lado el envío de respuestas hasta que no hayamos descansado».