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PDVSA pierde cuota de mercado en India por pago de deudas a China y Rusia

La estatal venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA) pasó al menos una década intentando mejorar relaciones comerciales e impulsar sus ventas a las refinerías de India, un país que una vez recibió con vítores al fallecido líder socialista Hugo Chávez.

Por Alexandra Ulmer y Marianna Parraga y Nidhi Verma / Reuters

Pero ahora la debilitada firma petrolera sudamericana se ha visto obligada a recortar sus entregas a su importante socio comercial.

Venezuela renunció a su lucha por la codiciada cuota de mercado en India debido a una combinación de la reducción de la producción de crudo y a las enormes obligaciones de los acuerdos financieros con China y Rusia, según datos internos revisados por Reuters y dos fuentes familiarizadas con las operaciones y estrategia de la compañía venezolana.

La nación sudamericana necesita el petróleo para pagar a Rusia y China, aliados políticos claves que han prestado a Venezuela al menos 50.000 millones de dólares a cambio de crudo y combustible.

“Su producción está disminuyendo constantemente, lo que implica menos suministros a India”, dijo Ehsan ul Haq, un analista de la firma consultora KBC Energy Economics, con sede en Londres.

Reuters solicitó comentarios a PDVSA y al Ministerio de Petróleo de Venezuela, pero no obtuvo respuestas.

En el 2013, cuando las exportaciones y los precios del petróleo estaban altos, PDVSA obtuvo casi 14.000 millones de dólares por sus ventas a India, una de las grandes economías con el crecimiento más rápido del mundo.

El año pasado, tras el colapso de los precios del crudo, esa cifra cayó a 2.700 millones de dólares, según un análisis de Reuters en base a los datos de PDVSA.

Ese retroceso significó menos ingresos en divisas para la aislada economía venezolana, lo que profundizó la recesión en un país que vive una escasez crónica y alta inflación.

El petróleo representa casi la totalidad de los ingresos de exportación de Venezuela y muchos de los clientes de esa nación pagan el crudo en especies, con alimentos y suministros médicos, por ejemplo. India es uno de los pocos socios comerciales que compran a PDVSA grandes volúmenes de petróleo y cancelan en efectivo.

Por lo tanto, las menores ventas a las refinerías de India erosionan aún más el flujo de caja de la estatal venezolana, así como su capacidad de pagar abultadas deudas a proveedores y contratistas, lo que ha causado retrasos en entregas y cancelaciones a nivel mundial.

El logo de la petrolera estatal venezolana PDVSA se ve junto a un mural que representa al fallecido presidente venezolano, Hugo Chávez, en una gasolinera en Caracas, Venezuela. 2 de marzo de 2017. La estatal venezolana Petróleos de Venezuela (PDVSA) pasó al menos una década intentando mejorar relaciones comerciales e impulsar sus ventas a las refinerías de India, un país que una vez recibió con vítores al fallecido líder socialista Hugo Chávez. REUTERS/Carlos Garcia Rawlins
REUTERS/Carlos Garcia Rawlins

 

Menor presencia en India

PDVSA enfrentó una disminución de la producción de crudo de cerca de un 10 por ciento el año pasado, cuando el bombeo llegó a 2,38 millones de bpd, según cifras oficiales comunicadas a la OPEP, debido a la falta de inversión y los retrasos en pagos a proveedores.

La caída de la producción significa que PDVSA podría perder cada vez más negocios en India, cediendo terreno a empresas iraníes, iraquíes y brasileñas.

Los datos internos de PDVSA muestran que Venezuela, que posee la reserva de crudo más grande del mundo, logró mantenerse como el tercer proveedor de crudo a India el año pasado. El país miembro de la OPEP suministró cerca de 413.000 barriles por día (bpd), detrás de Arabia Saudita e Irak.

Pero PDVSA prevé que los envíos a India bajen a 360.000 bpd este año, según un documento interno de la petrolera estatal al que Reuters tuvo acceso.

Los datos de suministros sugieren que ya se están registrando recortes, dado que las exportaciones venezolanas a India cayeron un 16 por ciento en enero comparado con el mismo mes del año pasado.

Nueva Delhi ha compensado la caída con suministros de Oriente Medio, incluidas las importaciones desde Irán que han aumentado desde el levantamiento de las sanciones de Estados Unidos el año pasado.

El crudo venezolano es pesado y más difícil de refinar. En un mercado con altos inventarios en los últimos dos años, el petróleo de alta calidad es abundante y no tan costoso.

“La calidad actual del crudo venezolano podría incentivar al socio a buscar a otros proveedores”, dijo PDVSA en una sección dedicada a India del documento interno, que se etiquetó como “amenazas”.

Aunque India está aprovechando nuevas fuentes de crudo, el país sigue observando a Venezuela como una parte importante de sus proveedores, dijo a Reuters el ministro indio de Petróleo, Dharmendra Pradhan.

“Dependemos de Venezuela, tenemos algunas inversiones en exploración y producción de Venezuela”, dijo Pradhan en una entrevista. “Están atravesando una crisis temporal, pero esperamos que sigan siendo un buen socio de nuestra cadena de suministro”.

Pasaje a la India, vía China y Rusia

Venezuela todavía tiene algunas cartas para jugar con India, el cuarto mayor refinador del mundo y un país que importa casi las tres cuartas partes del crudo que consume.

India busca diversificar sus importaciones de petróleo para proteger su economía contra las sacudidas externas, por lo que los envíos desde Sudamérica pueden ayudar a mitigar el riesgo de interrupción del suministro de los proveedores de Oriente Medio.

Pero India no necesariamente tiene que comprar petróleo venezolano, también puede adquirirlo a empresas chinas y rusas que reciben crudo venezolano como pago por préstamos.

De esta forma, China y Rusia pueden usar ese petróleo para aumentar su cuota de mercado en India a expensas del declive de la participación de Venezuela.

Las empresas chinas ya están tomando parte del crudo venezolano y lo envían a las mismas refinerías indias que antes compraban petróleo directamente a PDVSA. Rusia está a punto de empezar hacer lo mismo.

Las transacciones están en marcha desde hace un tiempo, pero se están acelerando a medida que cae la producción de PDVSA. En el 2014, por ejemplo, la gigante energética estatal China National Petroleum Corporation (CNPC) comenzó a enviar crudo a la india Reliance Industries, operador de la refinería más grande del mundo, según los datos revisados por Reuters.

Mientras CNPC ganó terreno en el mercado indio al enviar más de 180.000 bpd que recibió de la petrolera venezolana en el 2016, los envíos directos de PDVSA a Reliance, el segundo mayor receptor de crudo venezolano, cayeron un 61 por ciento entre el 2013 y el 2016.

La rusa Rosneft, otra firma que recibe petróleo venezolano a cambio de préstamos, también podría beneficiarse. Rosneft compró el año pasado una cuota de un 49 por ciento de la refinería india Essar Oil y reemplazaría a PDVSA como proveedor de petróleo en la refinería Vadinar.

“La unión del sur” se tambale

La pérdida de ventas de crudo a India es un trago amargo para la Venezuela socialista, que se esforzó en abrir mercados no tradicionales y lejanos como una manera de reducir su alta dependencia comercial con Estados Unidos, un enemigo ideológico aunque comprador cercano.

Los envíos a Estados Unidos han caído, pero sigue representando la mayor parte de las ventas de PDVSA. La unidad de refinación Citgo Petroleum es el mayor receptor de estos envíos a Estados Unidos.

Durante su visita a India en el 2005, el presidente Chávez dijo que las riquezas petroleras de Venezuela habían estado fluyendo hacia el norte por demasiado tiempo. En cambio, prometió un intercambio próspero entre las naciones en desarrollo.

“Debemos lanzar una nueva estrategia para unir al Sur”, dijo entonces Chávez, ataviado con un chal indio sobre sus hombros, ante estudiantes universitarios en Nueva Delhi.

A view of a gas station of Venezuelan state oil company PDVSA in Caracas, Venezuela March 2, 2017. Picture taken March 2, 2017. To match Insight VENEZUELA-INDIA/OIL REUTERS/Carlos Garcia Rawlins
 REUTERS/Carlos Garcia Rawlins

 

Fueron necesarias negociaciones y viajes frecuentes a India por parte de altos ejecutivos de PDVSA durante al menos dos años para que las firmas estatales de India finalmente invirtieran en campos petroleros y proyectos en Venezuela.

Sin embargo, los problemas de Venezuela están afectando a las compañías petroleras de ese país asiático y han desgastado las relaciones bilaterales, así como las de PDVSA con otros socios comerciales en todo el mundo.

Por ejemplo, la estatal ONGC Videsh, tiene unos 600 millones de dólares en dividendos tardíos para el proyecto conjunto de crudo San Cristóbal con PDVSA.

Presionada, Venezuela empezó recientemente a liquidar deudas, pagando a ONGC el dinero que cobra por la exportación de 17.000 barriles por día, lo que significa que se está utilizando más petróleo para financiar los pagos de acreencias.

Pero ONGC también ha visto declinar la producción de su campo de San Cristóbal a la mitad en medio de un éxodo de talento, escasez de mezclas de crudo y robo de equipos en la multimillonaria faja petrolera del Orinoco.

“Acumulamos una gran cantidad de dividendos pendientes”, dijo el presidente de ONGC Videsh, Narendra Verma, en una entrevista. “Pero hemos estado negociando con paciencia con PDVSA”.

Si todo fluye, la empresa espera recuperar la totalidad de los dividendos en unos tres años, agregó Verma.

Mientras tanto, los esfuerzos para detener el sangrado financiero de PDVSA y de la economía venezolana, aún no han dado los resultados esperados.

Una reciente reestructuración de la directiva de PDVSA incorporó a figuras políticas y militares. La economía de Venezuela está entrando en su cuarto año de recesión y los salarios son tan bajos que han llevado a algunos trabajadores de PDVSA incluso a vender sus uniformes.

“La relación con India ha alcanzado un techo”, dijo Kenneth Ramírez, un analista de la geopolítica petrolera en Caracas. “Eso no cambiará a menos que la industria petrolera de Venezuela experimente grandes cambios”. Reuters