Maduro no consultó prioridades para rehabilitar el J. M. de los Ríos
Puede que el presidente haya aprobado un crédito adicional para el Hospital de los Niños por casi el mismo monto que le otorgó el Presupuesto Nacional al Ministerio de Salud en 2016, o que se haya equivocado y les haya dado apenas el equivalente a 10.000 dólares. En cualquier caso, los arreglos que se harán con ese dinero, no abordan las problemáticas más urgentes de la institución.
Con 79.482 millones de bolívares, el presidente Nicolás Maduro encargó la rehabilitación del Hospital J. M. de los Ríos. Médicos critican que no se haya consultado a los servicios sobre los arreglos prioritarios ni se les haya comunicado del plan que se seguirá para las remodelaciones, si es que existe.
Algunos dudan, incluso, de que se trate de 79.482 millones de bolívares, como se dijo en el anuncio, pues eso se acercaría al presupuesto que recibió para todo un año el Ministerio de Salud en 2016, cuando manejó una cartera de 86.710 millones de bolívares.
Creen, más bien, que el crédito especial aprobado tiene tres ceros menos.
En cualquier caso, el dinero del Fondo del Banco Nacional de Desarrollo estará destinado a la rehabilitación de la torre de Infectología y el servicio de Oncología, de la cocina, la terapia intensiva neonatal, el área de fórmulas lácteas, el acondicionamiento de áreas externas, el equipamiento del área de Emergencia, el piso 4 de Nefrología y la zona de desechos patológicos.
El presidente no habló del problema más grave que enfrenta el hospital en este momento: el agua está contaminada, los tanques están en mal estado y ya tres niños del servicio de Nefrología han muerto por la infección de bacterias que adquirieron mientras se dializaban.
“Conocemos muy bien ese hospital, hicimos compromisos. Los hospitales necesitan una atención especial. Si hemos tenido fallas tenemos que reparar las fallas, porque aquí lo que se trata es echar para adelante”, subrayó Maduro, quien cuando era Canciller se había comprometido a conseguir que el J. M. de los Ríos tuviera una nueva sede.
La suma aprobada equivale a 30.106 millones dólares, si se calcula a tasa Dicom (que para el 23 de junio se ubica en 2.640 bolívares por dólar), y a 9.574 millones dólares, según el tipo de cambio paralelo de 8.301 bolívares por cada divisa.
Foto: @joseolivaresm | Archivo
Parece mucho, pero la reducción presupuestaria que ha sufrido el hospital en 15 años lo dejó en ruinas. En la década de los 90, el J. M. de los Ríos funcionaba con 5 millones de dólares, aproximadamente, y de esos, 900.000 dólares eran exclusivos para material tecnológico. En 2012 los recursos bajaron a 301.148 dólares; en 2014, 121.387 dólares; en 2015, 39.560 dólares; y en 2016 no pasaron de los 2.000 dólares. Todos, según cálculos a la tasa paralela del momento.
El año pasado, la Unidad de Gestión de Tecnología de la Salud de la Fundación de Investigación y Desarrollo de la Universidad Simón Bolívar advirtió el peligro que representaba la contaminación del agua con coliformes fecales para todos los niños que se atienden en el Hospital de Niños.
El primer paso sería la sanitización del hospital.
“En el informe que presentamos al Ministerio de Salud explicamos que la prioridad era mejorar las condiciones de las aguas blancas de los tres tanques. Esos tanques están en el subsótano, donde está la basura. Tienen las tapas levantadas y por ahí pasan roedores. Cuando llueve, caen esas aguas que arrastran todo el sucio”, explicó el ingeniero Rodrigo Mijares, coordinador de la unidad de la USB.
Aunque una comisión enviada por Min Salud aplicó unas pastillas para purificar el agua, según se le indicó a la jefa del servicio de Nefrología, Belén Arteaga, el procedimiento no es correcto ni completo.
“Hay que quitar el agua, lavar completamente los tanques, pintarlos con pintura epóxica y reparar el sistema de bombeo que está dañado”, dijo Mijares.
El cálculo del ingeniero es que solo en las reparaciones necesarias para garantizar la calidad mínima del agua en el hospital se gastarían 10.000 dólares.
Lo siguiente en grado de urgencia sería reparar las tuberías de las aguas negras, que inciden en las infecciones hospitalarias. Solo este año, el desborde de las cloacas mantuvo cerrados los quirófanos por más de dos semanas.
Bote de aguas negras en el servicio de Nefrología, en abril de 2017. Foto: @valenciafran | Archivo
“Y lo tercero es reparar todos los baños del hospital. En la planta baja solo hay un baño donde entran hombres, mujeres y niños, sanos y enfermos”.
Sin consulta
Si a Augusto Pereira, jefe del Servicio de Oncología, le preguntan si quiere volver al área que debieron abandonar sus pacientes hace tres años y medio por el colapso de las aguas negras, diría que no.
Pero como nadie le preguntó, el gobierno decidió invertir dinero en rehabilitar un área que es visiblemente perjudicial para la recuperación de los niños que padecen cáncer.
“Estamos en un área que es temporal, pero es mejor. El servicio de Oncología original está en el sótano, no había luz ni ventanas, circulaba el aire de la basura. Yo plantearía no volver a esa área donde confluyen todas las aguas negras del hospital”, señaló Pereira.
Hace tres años, cuando las aguas negras los corrieron del lugar, se elaboró un presupuesto de recuperación que rondaba los 30 millones de dólares.
Baños J. M. de los Ríos. Foto: María Emilia Jorge M. | Archivo
De acuerdo con la calculadora de la firma Econométrica, que toma en cuenta el promedio de inflación anual, los 30 millones que se necesitaban en 2013 hoy tendrían que convertirse en 4.130 millones de bolívares para tener la misma capacidad de compra.
“Y me imagino que haría falta más. El servicio original está prácticamente demolido. No cumple con las normas para las áreas de Oncología. Se destruyó el cielo raso y el sistema de aire acondicionado. Y cuando comenzó la demolición iban apareciendo cosas nuevas, por lo que no estaban incluidas en el presupuesto”, refirió el médico.
Operatividad disminuida
A los daños de infraestructura con los que lidian a diario en el Hospital de Niños, hay otras fallas impostergables que deben atenderse, dice Huníades Urbina, presidente de la Sociedad Venezolana de Pediatría.
“No hay máquina de rayos X, tomógrafo ni resonador. De 11 ascensores solo trabajan 3”.
Por su parte, Alejandro Ferrer, miembro de la Sociedad Médica del J. M. de los Ríos, advierte que las remodelaciones de los últimos años han disminuido la operatividad de la institución.
“Ahora empezaron a tumbar una pared en la Emergencia, un servicio que fue remodelado hace 4 o 5 años y que está prácticamente nuevo cuando tienes otros que no sirven”, refirió Ferrer.
Para un plan de rehabilitación de la magnitud como el que propone Maduro, es necesario coordinar con autoridades y servicios del hospital.
“Cada intervención significa la paralización de muchas actividades que son fundamentales. Si no se hace esa consulta el resultado será una paralización más crítica del Hospital de Niños”, advierte José Félix Oletta, ex ministro de Salud.
Los médicos coinciden en que la infraestructura donde funciona el J. M. de los Ríos está enferma y debería ser reemplazada por una nueva y no seguir modificándola.