Sanciones de EEUU contra sector petrolero venezolano golpearían la refinación y procesamiento de mezclas
Las posibles sanciones estadounidenses que impedirían la venta de crudo liviano a PDVSA dificultarían la ya débil red de refinación de la petrolera estatal venezolana, y dejarían al menos a un tanquero en el limbo, según una fuente de la firma estatal y datos de Thomson Reuters.
Funcionarios estadounidenses dijeron que se espera que el gobierno del presidente Donald Trump anuncie nuevas sanciones sobre el sector petrolero de Venezuela, en respuesta a la elección el domingo de una asamblea constitucional que Washington ha condenado.
Si bien la Casa Blanca ha dicho que “todas las opciones están sobre la mesa”, lo más probable es que prohíba a Venezuela importar petróleo estadounidense, lo que podría anunciarse tan pronto como el lunes.
PDVSA ha importado este año 87.000 barriles por día (bpd) de productos refinados estadounidenses para compensar su maltrecha red de refinación, que en el 2017 ha operado a menos de la mitad de su capacidad debido a la falta de crudos, frecuentes cortes y carencia de repuestos.
Cerca de la mitad de esas importaciones son nafta pesada que PDVSA compra para diluir su producción de crudo extrapesado y hacerlo apto para la exportación. Los proveedores usuales del producto son intermediarios y petroleras que tienen una estrecha relación con PDVSA, incluida la gigante energética rusa Rosneft.
PDVSA también compra regularmente crudo liviano estadounidense para su procesamiento en su refinería Isla en Curazao y para formular una mezcla de Crudo Diluido (DCO) exportable que se envía desde la isla caribeña a clientes en Estados Unidos y Asia.
PDVSA ha comprado este año 19.000 bpd de crudo estadounidense para entrega en Curazao, menos que los 30.000 bpd importados el año pasado, debido a retrasos en los pagos, según datos de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA).
El tanquero petrolero Aframax Tulip, arrendado por la empresa británica BP, ha estado esperando desde mediados de mayo cerca de Curacao para descargar unos 500.000 barriles de crudo ligero estadounidense que PDVSA no ha pagado, según datos de Reuters y una fuente de la empresa involucrada en la venta.
Analistas y fuentes consideran que si Estados Unidos impone una reducción de 100.000 barriles diarios de crudo y productos importados, PDVSA seguiría siendo capaz de importar de Rotterdam o de cualquier otro mercado dinámico, aunque tenga que pagar más.