La adeca revolución de octubre Por Douglas Zabala
El 17 de octubre en Caracas, se produce en el Nuevo Circo un concurrido mitin, donde intervinieron los dirigentes políticos: Rómulo Betancourt y Leonardo Ruiz Pineda. En este acto, Betancourt, sobresalió con una frase lapidaria, la cual indicaba que los planes conspirativos contra el Gobierno del General Isaías Medina Angarita, se habían activado: “Acción Democrática es un partido para tomar el poder, todo el poder y no una parte de él”.
El mitin del Nuevo Circo, pudiera decirse que fue el preludio del Golpe de Estado, que se produjo al otro día, el 18 de octubre de 1945. En el libro “Entre Golpes y Revoluciones” del historiador, Jesús Sanoja Hernández, encontraremos que la ciudad de Caracas y su Ávila, despertaba como todos los días, con suave brisa, pero con la diferencia que esa mañana, un grupo de militares comprometidos en una conspiración, se sienten descubiertos y son arrestados, entre otros, los Mayores, Marcos Pérez Jiménez y Julio César Vargas.
Más tarde el Mayor Carlos Delgado Chalbaud, toma la Escuela Militar junto al Teniente Edito Ramírez, quien arenga a los Cadetes y los arma. Ya en la tarde el teniente Miguel Nucete Paoli, se apodera del Palacio de Miraflores. Media hora después el teniente Ramón Norberto Zambrano, se alza en el Cuartel San Carlos. El presidente Medina acude al Palacio de Gobierno, pero le es imposible entrar, ya habían sido detenidos por los insurrectos: el ex presidente Eleazar López Contreras, el ministro Arturo Uslar Pietri, Mario Briceño Iragorry, Jóvito Villalba y el Monseñor Jesús María Pellín. Los rebeldes indican que el signo del movimiento es democrático-cívico-militar.
Aquel 18 de octubre, Rómulo Betancourt, aseguró la Presidencia de la Junta Revolucionaria, con un fuerte apoyo de los “Alpargatudos”, en su primer y corto gobierno. Rómulo no era hombre de Cuartel, pero pudo llegar al poder gracias al apoyo de la Unión Patriótica Militar, liderada por Marcos Pérez Jiménez. Con la caída del gobierno democrático de Isaías Medina, por parte del movimiento, llamado también, Revolución de Octubre, se cocinaba sin saberlo, la peor dictadura que tres años más tarde, quebraría parte del alma nacional, durante diez años del oscuro régimen perejimenista.
Recuerda Jesús Sanoja Hernández, en su obra aquí citada, como en enero de 1949, apenas unos meses después del golpe, Delgado Chalbaud, a su diestra Pérez Jiménez y a la izquierda el agresivo Lovera Páez, razonó el cambio violento de gobierno, diciendo que las Fuerzas Armadas, se habían visto en la obligación de asumir el mando para impedir los “ímpetus de disolución”, y recalcó que la misión de la Junta Militar, era la de hacer un gobierno transitorio, realmente provisional; pero su asesinato en noviembre de 1950, en vez de confirmar la provisionalidad y ceder paso a un gobierno democrático, fue la antesala del gobierno de Marcos Pérez Jiménez.
Antonio Barreto Sira, Ramon Guevara, Alfredo Diaz y Laidy Gómez, no estuvieron metidos en aquella adeca revolución de octubre, impulsada por Rómulo Betancourt, para nada, ellos son los nuevos gobernadores adecos, electos por el pueblo. Tenía razón su fundador: “adeco es adeco hasta que se muera”. Al parecer, este partido no busca todavía morir en paz, porque ni las amenazas de freírlos en aceite, ni de haberlos culpado de hasta la muerte de Consuelo, en tiempos de la cuarta república, ha sido obstáculo para que se hayan alzado con cuatro de las cinco gobernaciones conquistadas, en el peor proceso electoral de nuestra era democrática.