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Madonna se instala en el Palacio Ramalhete de Lisboa

Madonna parece haber encontrado, por fin, casa a su medida en Lisboa: el Palacio Ramalhete, situado en la zona diplomática de Lapa. Se trata de un edificio del siglo XVIII que actualmente funciona como uno de los hoteles más coquetos de la capital portuguesa, pero cualquiera que intente reservarlo a partir del 1 de enero se encontrará con que ya no estará disponible.

Las fuentes citadas por al menos dos publicaciones lusas retratan la operación en estos términos: un año de alquiler y una posterior opción de compra preferencial. Precisamente, esta era la fórmula que la diva estadounidense perseguía en su desembarco en Portugal, que comenzó siguiendo la estela del modelo local Kevin Sampaio y ha visto cómo ganaba protagonismo su entrenador personal, Rodrigo Gama dos Santos.

El Palacio Ramalhete alberga 15 habitaciones, que hasta el 31 de diciembre pueden reservarse a partir de 112 euros al día, con la Nochevieja a un precio medio de 250 euros. Desde ese momento, comenzarán las labores de limpieza y acondicionamiento para el uso personal que desea la reina del pop, todavía instalada en el Pestana Palace, un hotel de lujo a 2,5 kilómetros de allí.

Su nueva morada se ubica en el número 92 de la Rua das Janelas Verdes, muy cerca del Museu Nacional de Arte Antiga, que acoge lienzos de Tiziano, Brueghel el Viejo, Tiépolo y Zurbarán, entre otros grandes pintores históricos. Igualmente, se halla en las proximidades Madragoa, barrio de pescadores un siglo atrás y donde hoy campan a sus anchas los restaurantes y casas de fado.

En reiteradas ocasiones, la cantante de himnos como ‘Like a virgin’ o ‘Material girl’ se había desahogado en las redes sociales debido a las dificultades para acertar con el domicilio adecuado.

Estuvo a punto de adquirir la Quinta do Relógio, en la villa mágica de Sintra, pero no llegó a concretarse la venta. Después se interesó por una propiedad con el mismo nombre en Oeiras, camino de Cascais, pero en ese caso los dueños rechazaron el periodo de un año de alquiler.

Mientras afianza su residencia, su hijo David Banda ya despunta en la Academia del Benfica, donde se ha ganado todo el protagonismo, entre otras razones porque logra atraer a más público a los partidos de las categorías inferiores, que se juegan en la zona de Seixal.

Madonna no duda en satisfacer los deseos futbolísticos del pequeño, cuya educación se ha convertido en uno de los pilares de su nueva vida portuguesa, emprendida para cumplir su promesa de abandonar Estados Unidos en caso de que Donald Trump accediese a la presidencia y se convirtiera en el inquilino de la Casa Blanca.

Dicho y hecho, porque la también directora de cine no ha dudado en sumergirse en el día a día lisboeta con un entusiasmo que la hace disfrutar de los pintorescos rincones de la Alfama o el Barrio Alto. Sus noches en las denominadas ‘Lisbon Living Room Sessions’ la han familiarizado con los sonidos del país vecino y con la fusión procedente de las antiguas colonias portuguesas, como Cabo Verde.