ENTENDIENDO NUESTRA POBREZA—Verdades dolorosas ..Ernesto García Mac Gregor
Esta dictadura de pacotilla, con su capricho de igualitarismo retrógrado, ha
arrastrado a 85% de la población a niveles de pobreza nunca vistos y provocado
una distorsión socio económica jamás soñada. Cualquier análisis social que se
haga en este momento artificial y pasajero, no refleja la verdadera realidad social
de nuestro pueblo. De modo, que hay que hacer abstracción de este funesto
período para hacer cualquier exposición.
Hay en nuestra población marginal una sensación de pobreza natural que
se lleva por dentro como herencia de las costumbres ancestrales. Existe una
aceptación fatalista de lo irremediable. El conformismo, la apatía, las pocas ansias
de superación, la falta de hábitos del ahorro, previsión, inversión o producción de
excedentes no tiene acogida. Vivir al día es la máxima aspiración.
Para el necesitado, el barrio es su refugio, allí deja de ser nadie, no hay
muchas exigencias porque como está, está bien a pesar de las penurias
cotidianas. No se estudia, se trabaja a destajo, el destino de las niñas es la preñez
precoz y no planificada, que trunca su futuro anticipadamente. El de los niños está
signado por la procreación irresponsable y la falta de preparación. Los obreros son
indios disfrazados de trabajadores quienes no han pasado por el proceso
civilizador.
Estas verdades dolorosas que son consideradas ofensivas por los
socialistas, son la verdadera causa de nuestro subdesarrollo, que además de una
cantidad de datos estadísticos, constituye un estado mental. Cuando la querencia
es el arrabal, la ranchofilia se lleva en la cabeza y no en el bolsillo. No es asunto
de simoncitos, misiones o Claps, es enseñarles a salir de abajo, porque pobreza
de cosas pronto se cura pero pobreza de voluntad imposible sanarla.
Pero el intergaláctico consiguió el caldo de cultivo ideal para sembrar el
populismo y así jugó peligrosamente con los complejos, frustraciones y
resentimientos del pueblo con fines electoreros haciéndoles creer que sus
penurias eran culpa de la clase media.
La pobreza se combate creando familias, cambiando el rancho por la casa,
el barrio por la urbanización, la ociosidad por el trabajo, engrandeciendo la clase
media. Pero los pobres siguen creyendo, que el futuro radica en el caudillo de
turno. Que oiga quien tiene oídos…