La ciencia explica por qué a los niños no les gustan las verduras
Es común en los niños escuchar la frase “no me gustan las verduras mami”. Esta acción que se multiplica en los hogares del mundo tiene una explicación según la ciencia.
En una publicación en el portal The Huffington Post Australia, Russell Keast, profesor de ciencias sensoriales y de los alimentos y director del Centro de Ciencias Sensoriales Avanzadas de la Universidad de Deakin, explica que el cambio en los gustos de los niños se debe a razones evolutivas.
“Mucho del trabajo que hemos hecho en términos de cómo la gente ha desarrollado el gusto por los alimentos se ha basado en la cafeína y el papel que tiene”, señala.
“La cafeína es un compuesto amargo y se puede encontrar en el café, el té y el chocolate. También es un aditivo para las bebidas alcohólicas. Eso es interesante porque la amargura en sí misma es una de estas señales de advertencia”, señala el especialista.
Pero, ¿qué tienen las verduras para que no les gusten a los niños? Los investigadores del estudio apuntan a que el sabor amargo del calcio, muy presente en verduras como las espinacas y acelgas, la col, la cebolla, el cardo o el brócoli, puede ser un factor sensorial que influye muy negativamente en el consumo infantil. Por eso, es fundamental tener un poco de picardía y maña para cocinarlas de forma atractiva y saber combinarlas con salsas, lácteos, tomate y otros ingredientes que enmascaren el sabor amargo que suelen rechazar los niños.
“Hay mucha variación en cómo experimentamos estos alimentos. Alguien puede tener una gran aversión al brócoli porque tienen los receptores de sabor amargo que responden a un compuesto específico en el brócoli, mientras que otras personas no tienen ese receptor y, por lo tanto, no experimentas la amargura del brócoli”, finaliza Russell.
Así que ya sabes, es una situación común, solo necesitas paciencia para el niño se adapte a los nuevos sabores, además también es buena idea ponerte creativa en la preparación de los vegetales para conquistar el paladar de tus hijos.