Opinion

¿PUEDEN LOS POBRES DIRIGIR EL PAÍS? Verdades dolorosas Ernesto García Mac Gregor

La respuesta la dio el mismo Maduro: “a la clase obrera aún le falta mucho
para poder asumir la conducción de la economía nacional”. Recientemente, en el
congreso del PSUV expresó: “hasta ahora han fracasado los modelos productivos
chavistas y la responsabilidad es mía, tuya de todos”. Bernal corona el frasco al
decir: “no supimos gerenciar las empresas expropiadas y las llevamos al fracaso”.
La explicación a este fracaso comunista es aún más sencilla y era hasta
predecible. En tiempos de la Colonia, el 80 por ciento de la población venezolana
era pobre, ignorante y rural, fruto de la paternidad irresponsable que es la única
causa de nuestra marginalidad social. Una clase desvalida y abandonada, donde
la ignorancia, la miseria y la pobreza era lo normal. Este gigantesco estrato se
mantuvo silente hasta que el petróleo provocó su éxodo masivo con el rancho a
cuesta a las hasta entonces tranquilas ciudades.
Ese indio disfrazado de trabajador con pocas ansias de superación, sin
noción del ahorro o de la previsión, y representado por la figura de Juan Bimba,
era el prototipo de nuestro pueblo. Con el capitalismo y a través de esfuerzo,
trabajo y superación progresó a una próspera y asombrosa clase media. Esta es la
estirpe que el chavismo quiere acabar al mismo tiempo que estimula la vagancia
entre la población indolente con fines proselitistas y no sociales.
Ante de la de la diáspora actual se calcula que unos diez millones de
ciudadanos eran verdaderamente productivos al país. El resto no es que sea malo,
pero se divide en los que aportan muy poco que son la mayoría; los que no son
delincuentes propiamente dicho pero son incapaces de mantenerse honrados
(bachaqueros, marañeros, saqueadores), los marginados que son una carga
negativa para el progreso y unos miles de delincuentes chavistas que son una
plaga a exterminar.
Mientras esto no se entienda y existan socialistas soñadores seguiremos
iguales. La formación profesional, el estudio la meritocracia y el capitalismo son la

fórmula del éxito. No se puede colocar al portero a que dirija la fábrica, ni a un
chofer de bus a que gobierne un país. Por eso estamos como estamos. Que oiga
quien tiene oídos…

Dibujo de Juan Bimba modificado de angelicaguanche03.wordpress.com