El Papa termina su viaje a Jerusalén visitando los lugares más sagrados del judaismo y el Islám
El Papa Francisco termina un viaje a Tierra Santa lleno de gestos y de mensajes de conciliación. El Santo Padre ha rezado sólo, en silencio, frente al Muro de las Lamentaciones donde, como manda la tradición, ha depositado un deseo escrito en un pequeño papel – una plegaria- entre las piedras del Muro, el lugar más sagrado para el judaísmo en Jerusalén.
Poco antes el Papa había visitado la mezquita de Al-Aqsa en la Explanada de las Mezquitas en un día cargado de simbolismo para los musulmanes que hoy conmemoran el ascenso de Mahoma a los cielos que, según la tradición, se produjo desde ese lugar. El Papa ha pedido que «nadie instrumentalice el nombre de Dios para la violencia» y que trabajen juntos por la justicia y la paz.