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Familias en crisis necesitan agentes pastorales y no “técnicos”, afirman en el Sínodo

Los participantes de la Novena Congregación General del Sínodo de la Familia expresaron la necesidad de formar “agentes pastorales” y no “técnicos”, capaces de acercar el Evangelio a los hogares y promover los temas de la familia y la vida “a través de una sólida ‘visión antropológica católica del mundo’”.

Este viernes tuvo lugar la Novena Congregación General con 15 intervenciones (6 de parejas y 9 de auditores), casi todos laicos comprometidos en los ámbitos de la pastoral familiar, la bioética y la ecología humana. Procedentes de diferentes países y en representación de casi todos los continentes los auditores han llevado al Aula su testimonio vivo, de apostolado familiar en la vida cotidiana.

La Santa Sede informó que entre los puntos destacados por los auditores “fue la necesidad de que la Iglesia escuchase más a los laicos a la hora de buscar soluciones a los problemas de las familias, en particular en lo que respecta a la esfera de la intimidad de la vida matrimonial”.

“Por esta razón, se hizo hincapié en la importancia de la sinergia entre el mundo académico y el mundo pastoral, para no formar ‘técnicos’, sino agentes pastorales que conozcan y sepan promover los temas de la familia y de la vida, a través de una sólida ‘visión antropológica católica del mundo’”, señalaron.

“Los jóvenes –señalaron-, no necesitan tanta teoría pero entienden muy bien la centralidad de la familia cuando la demuestran sus miembros, testigos creíbles y sujetos de evangelización. Para ello, se ha insistido en acompañar a las parejas con una pastoral adecuada, incluso después del matrimonio y no sólo antes.

Asimismo, indicaron que también se requiere que los sacerdotes se formen permanentemente “en los temas de la familia, en particular, la apertura a la vida, para que puedan explicar y hablar con naturalidad y claridad del amor conyugal”.

“Se ha observado que si la planificación familiar natural se explica en detalle, destacando el valor positivo, se fortalece la vida de la pareja. En este contexto, se recordó que las homilías, bien preparadas, fomentan la participación de los fieles en la celebración de la Misa”.

Además, “los auditores subrayaron la necesidad de un mayor diálogo entre la Iglesia y el Estado, también a través del compromiso de fieles laicos que, lejos de ambiciones personales, sean capaces de promover la protección de los derechos de la familia y la defensa de la vida, trabajando en pro de un Estado de rostro humano. Los laicos deben ser activos y competentes en la defensa pública de los valores de la vida y la familia”.

Los auditores también recordaron el papel fundamental de la Iglesia de acompañar a los huérfanos, viudas y a los padres que pierden un hijo, “para que no se sientan desarmados frente a la profunda angustia de la pérdida, al temor de un ‘desierto’ de los afectos, sino que permanezcan firmes en la fe”.

Por último, se hizo hincapié en la necesidad de la comunicación dentro de la familia, porque la compartición entre los cónyuges, así como también en la educación de los hijos y sobre todo la oración en el hogar, contribuyen a fortalecer el núcleo familiar.