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“Voy a cerrar y me regreso al Líbano”, El desgarrador relato de un comerciante árabe arruinado por Nicolás Maduro

Estantes vacíos y varios maniquíes desnudos quedaron en la tienda del comerciante libanés Mohamed Hussein, ubicada en el bulevar de Sabana Grande, en Caracas, luego de que fiscales de la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde) lo obligaran a vender toda la mercancía con un descuento del 50%.

“Después de esto voy a cerrar definitivamente y me regreso al Líbano”, expresó el comerciante quien, de cerrar el establecimiento que ha regentado por diez años, dejará a cinco personas sin empleo. No obstante, ese será su plan una vez se termine de vender lo poco que aún queda en local.

“¿Para qué voy a volver abrir? ¿Para qué me quiten la mercancía?”, se preguntó Hussein. “Yo llegué a Venezuela en el 2002 para trabajar; ahora, me quedé sin mi sustento”.

El pasado sábado 2 de diciembre, funcionarios de la Sundde fiscalizaron varias ventas de ropa y zapatos en esta conocida zona comercial de la ciudad capital y ordenaron a los propietarios vender toda la mercancía con descuentos de hasta 50%.

Para este martes 5 de diciembre, algunas tiendas permanecieron con sus santamarías abajo, mientras que otras trabajaron “a medias”, con repisas vacías y colas de personas aglomeradas en las entradas de los locales, queriendo “comprar barato”, como ocurrió en la tienda de Hussein.

La ropa que ofrecía el comerciante de origen árabe en su establecimiento era en su mayoría importada, por lo cual debía comprarla en dólares. En Venezuela, hasta septiembre pasado, se podían obtener estas divisas para adquirir mercancía manufacturada fuera del país por dos vías: a través de las subastas del Dicom y en el mercado paralelo, donde la inflación no perdona. En un mes subió 145% y rompió la barrera de los Bs. 100.000 por dólar.

“Como el dólar (paralelo) no lo pueden regular, nos regulan a nosotros. Me hicieron vender unos pantalones, que cuestan al mayor Bs. 1.000.000, a Bs. 270.000 por ejemplo”, expresó el comerciante, quien aseguró que con lo que supuestamente obtuvo de ganancia después de la venta obligada a precios rebajados, no puede reponer ni el 10% de la mercancía.

“Ya quiero ver que hará el Gobierno cuando la mayoría de los comercios de por acá no vuelvan a abrir. Vamos a ver que hacen cuando no haya quien le venda ropa al pueblo”, agregó Hussein.

Ventas con precios especulativos

La perspectiva de la Sundde es diferente. Luis Rivas, funcionario que supervisaba una zapatería, indicó a Efecto Cocuyo que en el bulevar encontraron negocios que vendían sus productos con un sobreprecio de 100%, 200% y hasta 1000%. “Eso es especulación”, aseveró.

Informó que la superintendencia no tiene fecha estimada para finalizar el proceso de fiscalización. “Estaremos acá hasta que nos ordenen otra cosa”, aseguró Rivas mientras era observado por el dueño del negocio, quien se limitó a decir que lleva 39 años con su tienda operativa y que este es el tercer año consecutivo que los obligan a rebajar el precio de los productos que comercializa.

En otro local de ropa deportiva, una empleada dijo que los funcionarios de la Sundde les ordenaron abrir los establecimientos hasta que se agotara toda la mercancía. “Nos dijeron que vendiéramos hasta el último zapato, luego de que llegaron, multaron y nos mandaron a rebajar los productos con un 50% de descuento. Ya no nos queda mucho”, aseguró la entrevistada, quien declaró bajo la condición de mantener su nombre en el anonimato.

En algunas de las tiendas fiscalizadas, en las que había funcionarios de la Sundde, los dueños y encargados no quisieron dar testimonio sobre la situación, alegando que no querían “meterse en problemas”. En esos negocios había efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) custodiando las colas de personas que se amontonaban para comprar.

“Podría perder mi trabajo”

En la tienda de jeans Wrangler de Sabana Grande, solo quedaba el recuerdo de la variedad de pantalones que ofrecían. Las repisas fueron vaciadas totalmente por los compradores el pasado sábado, quienes aprovecharon las ofertas de la Sundde para adquirir sus “estrenos” en el local.

Tres empleados del establecimiento declararon no saber si los propietarios volverían a proveer la tienda con mercancía. “A los jefes no les convienen esos precios, por lo que dudo que manden mercancía, algo que me preocupa, porque podría perder mi trabajo”, expresó Gregorio Pino, quien compartía esta preocupación con sus compañeros.

Oswaldo Ruiz, el trabajador con más tiempo laborando en la tienda, dijo que esta es la primera vez que fiscales de la Sundde llegan al local desde que trabaja allí hace dos años e indicó que le parecía extraño, “porque nosotros vendíamos barato en comparación con otros negocios que venden la ropa en más de Bs. 3.000.000 (por prenda), pero los fiscales no llegaron allí. Los miraron y pasaron de largo”.

No todas las tiendas de ropa en la zona fueron obligadas a vender con descuento, según confirmó Efecto Cocuyo luego de conocer el testimonio de Ruiz. En una de las tres tiendas de la cadena de zapaterías Prime Shoes, el gerente explicó que los funcionarios se acercaron, pero les explicaron que para fiscalizarla, necesitaban ir a las oficinas centrales de la franquicia donde tienen las facturas y todo lo relacionado con la estructura de costos, por lo cual los fiscales se retiraron.