Salud y Hogar

Teletrabajo: después de 2 meses, la gente confiesa laborar más horas y dormir peor

Con su irrupción abrupta y desaforada, el coronavirus provocó que personas del mundo entero cambien de hábitos y descubran modos de vida que quizás nunca pensaron en probar. Uno de ellos es el teletrabajo o trabajo a distancia.

Después de dos meses confinados, el descubrimiento es que trabajar desde el hogar tiene sus bemoles. Más allá de discutir si se puede laborar en pijama o si solo hay que maquillarse en caso de tener una reunión por Zoom, cambiar la oficina por la casa ha alargado los horarios y modificado patrones básicos de sueño y alimentación en muchas personas.

Una encuesta realizada en Venezuela por Cruz Salud, empresa con 15 de años de experiencia en salud laboral, reveló que la mayoría de las personas acusa al menos una consecuencia negativa por el teletrabajo. Y son de tipo físico y mental.

Sin embargo, Jorge Rojas, director médico de Cruz Salud, apunta que el teletrabajo es positivo y puede ser muy productivo pero, para ello, es necesario que los trabajadores cumplan con las mismas recomendaciones ergonómicas y de hábitos que se aplican en la oficina.

«El teletrabajo es positivo desde el punto de vista de rendimiento y se pueden lograr los objetivos propuestos sin afectar el estado de salud de la persona que lo realiza, siempre que se cumplan las recomendaciones. Hay personas que incluso en oficinas que ofrecen equipos y muebles ideales para el trabajo, sufren de dolencias en el sistema óseo-muscular», expresa Rojas.Copy: Copy: Copy: Copy: Copy: Copy: Untitled chart
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Solo aquellos que pueden hacer su trabajo de oficina desde casa, logran mantenerse activos laboralmente en la cuarentena. Pero Cruz Salud sugiere poner atención: trabajar desde casa sin las medidas ergonómicas adecuadas puede generar molestias y afecciones que, sin corrección, terminarán afectando la calidad de trabajo y la vida en familia.

El trabajo es más arduo

Cerca de la mitad de los teletrabajadores, 48% admite que en la casa le dedica más horas a las actividades laborales. Solo 31% dice tener jornadas más cortas. En contraposición, 42% cree que, a pesar de todo lo que trabaja, su rendimiento es menor y apenas 23,8% piensa que es más productivo. A 34% le parece que rinde lo mismo.

«La mayoría de los trabajadores reporta una alteración en su horario laboral. Muy probablemente esta alteración también se vea reflejada en sus patrones de sueño y alimentación, y  en otras actividades o rutinas de la dinámica familiar. La ruptura de los hábitos regulares puede afectar la calidad del trabajo realizado. Más de la mitad de los 150 encuestados reporta dificultad para iniciar el trabajo y conservar la concentración», concluyeron los analistas de Cruz Salud.

Trabajar mayor número de horas también cobra su precio en el cuerpo, pues implican mayor exposición a mobiliario que, probablemente, sea poco ergonómico.

El dolor acusa primero

Lo primero que se siente es una molestia que se va transformando en un dolorcito permanente. Y puede derivar en una lesión mayor. Más de la mitad de los encuestados por Cruz Salud, el 57 %, admitió tener un dolor físico nuevo o acentuado en cuello, hombros o espaldas.

«Entendemos que un cambio repentino al teletrabajo nos conduzca a cambios o posturas carentes de ergonomía, las cuales se traducen en síntomas del sistema músculo esquelético. Por ejemplo, mialgias o dolores musculares, artralgias o dolores articulares, entre otros. Cada paciente lo puede referir de diferentes maneras como dolor, ardor, sensación de quemazón, pesadez o presión», expresó Jorge Rojas.

Poca gente, 31 %, tiene una oficina o al menos un escritorio en la casa. El dormitorio, la sala de estar y el comedor son los espacios que más se utilizan para teletrabajar.

La gran mayoría de los encuestados usa laptops y teléfonos celulares. Apenas 20 % lo hace desde una computadora de escritorio. Y casi 3 de cada 10, 29 %, no tiene ni un solo elemento de los mínimos recomendados como silla adecuada, mesa, luz blanca o mouse pad. Solo 30 % puede usar una silla ergonómica.teletrabajo

Cortesía Paul Pasieczny / Freeimages

Cambios de hábitos y rutinas

En el afán por entender esto que llamamos teletrabajo y sacarle el mayor provecho posible, la gente se olvida de imponer horarios y pausas, igual que en la oficina.

Casi 3 de cada 4 teletrabajadores reporta alteraciones en sus hábitos de alimentación. La tendencia es saltarse comidas, haciendo solo dos al día, o comer muy tarde. Más de un tercio confiesa haber aumentado de peso y solo 23 % cumple con su rutina de ejercicios.

Aún más grave es que casi 8 de cada 10, 79%, dice que está descansando mal, padeciendo insomnio y amaneciendo casi tan cansados como cuando se acostaron.

Todos estos cambios también afectan a la familia. 71 % refirió que la dinámica de la casa cambió.

Las recomendaciones

En Venezuela, el teletrabajo se va a alargar al menos un mes más, mientras que en otros países como España, algunos ya han podido reincorporarse a sus laburos, pero otros seguirán desde casa.

Entonces, hay que cuidar las condiciones como se realiza ese teletrabajo.

El director médico de Cruz Salud advierte que al menos las normas básicas de ergonomía deben cumplirse. De lo contrario aparecerán los dolores.

Para que el teletrabajo sea positivo y productivo hay que cumplir las siguientes medidas:

  1. Cuando estamos frente a la computadora debemos mantener una distancia mínima de 45 centímetros entre ellas y nosotros.
  2. El borde superior de la pantalla debe quedar en paralelo a nuestros ojos, exactamente frente al epicanto, que es esa esquinita en que los párpados superiores e inferiores se unen.
  3. Es muy recomendable tener un mouse pad ergonómico.
  4. El teclado ideal es el que está inclinado de 6 a 10 grados.
  5. La silla, aunque no tenga brazos, debe contar con un respaldar y asiento cómodo, que facilite permanecer en posición derecha, con las piernas en ángulo recto y los pies apoyados en el piso.

En su cuenta @cruzsalud en Instagram y @cruzsaludca en Twitter ofrecen más información sobre salud laboral.