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Intercesión de José Gregorio contuvo a los médicos de su milagro

Un año se cumple este sábado de la clausura del tribunal eclesiástico que estudió el milagro de José Gregorio Hernández aprobado el pasado jueves por los médicos del Vaticano en su camino a la beatificación.

Por la ocasión, el sacerdote Gerardino Barracchini, vicario episcopal por la Santidad de la arquidiócesis de Caracas, quien fungió como promotor de justicia, resalta cómo la mano del Venerable trujillano “estuvo presente durante todo el proceso”.

“Una de las cosas que más me impresionó fue como todos los médicos que atendieron a la niña en el hospital seguían trabajando allí 21 meses después que ocurrió el hecho”, dijo el presbítero, vía telefónica, a La Verdad.

Recuerda que “desde el que recibió a la muchacha en la emergencia, los residentes, la pediatra intensivista, los neurocirujanos, el anestesiólogo, aún trabajaban en el hospital” Pablo Acosta Ortiz, en San Fernando de Apure.

En el centro asistencial ocurrió el milagro a la pequeña guariqueña Yulexy Solórzano Ortega, de 10 años, el 10 de marzo de 2017.

Entre “los ocho médicos” se encontraba el neurocirujano Alexander Krinitzky, jefe del grupo que operó de emergencia a la menor y quien pasó el dato a la Iglesia.

Esto, enfatiza el también párroco de La Candelaria, donde reposan los restos, del Venerable, “facilitó grandemente el estudio del caso, porque se les pudo entrevistar a todos para la reconstrucción de los hechos, recoger sus valiosos testimonios para demostrar el milagro”, como lo ratificaron los siete médicos del Vaticano.

“Todos aseguraban que la curación de la niña no tenía explicación científica”, recordó Barracchini.

El día de la cirugía

Ese día, Yulexy Solórzano Ortega fue sometida a una intervención quirúrgica de cráneo con pronóstico reservado, después de permanecer 48 horas, mientras permanecía desangrada, con pérdida de masa encefálica, porque en el centro asistencial no había neurocirujano.

El 8 de marzo, ella y su papá fueron interceptados, en el caserío Mangas Coveras del estado Guárico donde residen, por unos delincuentes para robarles la moto. 

Les dispararon y una bala alcanzó su cabeza en la zona tempoparetal derecha. Cuatro horas después, después de ser llevada por caminos intrincados y en lancha a través del río llegó al hospital de la capital apureña.

De allí fue dada de alta, completamente sana, caminando, hablando y viendo sin dificultad a finales de ese mes, cuando el especialista y los estudios previos diagnosticaban que tendría severas secuelas.

En solo 24 días

En un tiempo récord de 24 días, del 18 de diciembre de 2018 al 11 de enero de 2019, los integrantes del tribunal eclesiástico estudiaron el milagro.

El sacerdote  Juan Carlos Silva, juez del tribunal eclesiástico de Caracas, como juez delegado; Pedro Reinaldo Pérez Hurtado, como notario actuario; y la pediatra Elizabeth Sosa de Bermúdez, exjefa del servicio de pediatría del centro asistencial apureño, como perito médico, junto con Barracchini, realizaron la investigación.

Interrogaron a todos los testigos médicos y no médicos, entre ellos Yulexy, su hermana Yeisi y mamá Carmen Ortega. 

También recolectaron las pruebas médicas, como la historia clínica y exámenes realizados a la menor antes y después de la cirugía, y durante su posterior recuperación, entre ellos radiografías y tomografías.

Un año se cumple este sábado de la clausura del tribunal eclesiástico que estudió el milagro de José Gregorio Hernández aprobado el pasado jueves por los médicos del Vaticano en su camino a la beatificación.

Por la ocasión, el sacerdote Gerardino Barracchini, vicario episcopal por la Santidad de la arquidiócesis de Caracas, quien fungió como promotor de justicia, resalta cómo la mano del Venerable trujillano “estuvo presente durante todo el proceso”.

“Una de las cosas que más me impresionó fue como todos los médicos que atendieron a la niña en el hospital seguían trabajando allí 21 meses después que ocurrió el hecho”, dijo el presbítero, vía telefónica, a La Verdad.

Recuerda que “desde el que recibió a la muchacha en la emergencia, los residentes, la pediatra intensivista, los neurocirujanos, el anestesiólogo, aún trabajaban en el hospital” Pablo Acosta Ortiz, en San Fernando de Apure.

En el centro asistencial ocurrió el milagro a la pequeña guariqueña Yulexy Solórzano Ortega, de 10 años, el 10 de marzo de 2017.

Entre “los ocho médicos” se encontraba el neurocirujano Alexander Krinitzky, jefe del grupo que operó de emergencia a la menor y quien pasó el dato a la Iglesia.

Esto, enfatiza el también párroco de La Candelaria, donde reposan los restos, del Venerable, “facilitó grandemente el estudio del caso, porque se les pudo entrevistar a todos para la reconstrucción de los hechos, recoger sus valiosos testimonios para demostrar el milagro”, como lo ratificaron los siete médicos del Vaticano.

“Todos aseguraban que la curación de la niña no tenía explicación científica”, recordó Barracchini.

El día de la cirugía

Ese día, Yulexy Solórzano Ortega fue sometida a una intervención quirúrgica de cráneo con pronóstico reservado, después de permanecer 48 horas, mientras permanecía desangrada, con pérdida de masa encefálica, porque en el centro asistencial no había neurocirujano.

El 8 de marzo, ella y su papá fueron interceptados, en el caserío Mangas Coveras del estado Guárico donde residen, por unos delincuentes para robarles la moto. 

Les dispararon y una bala alcanzó su cabeza en la zona tempoparetal derecha. Cuatro horas después, después de ser llevada por caminos intrincados y en lancha a través del río llegó al hospital de la capital apureña.

De allí fue dada de alta, completamente sana, caminando, hablando y viendo sin dificultad a finales de ese mes, cuando el especialista y los estudios previos diagnosticaban que tendría severas secuelas.

En solo 24 días

En un tiempo récord de 24 días, del 18 de diciembre de 2018 al 11 de enero de 2019, los integrantes del tribunal eclesiástico estudiaron el milagro.

El sacerdote  Juan Carlos Silva, juez del tribunal eclesiástico de Caracas, como juez delegado; Pedro Reinaldo Pérez Hurtado, como notario actuario; y la pediatra Elizabeth Sosa de Bermúdez, exjefa del servicio de pediatría del centro asistencial apureño, como perito médico, junto con Barracchini, realizaron la investigación.

Interrogaron a todos los testigos médicos y no médicos, entre ellos Yulexy, su hermana Yeisi y mamá Carmen Ortega. 

También recolectaron las pruebas médicas, como la historia clínica y exámenes realizados a la menor antes y después de la cirugía, y durante su posterior recuperación, entre ellos radiografías y tomografías.

Y el viernes 11 de enero realizaron la última sesión, de clausura, en la sede de la Conferencia Episcopal, en Caracas. Allí, el cardenal Baltazar Porras firmó y selló el dossier y las dos copias que entregó al Vaticano siete días después.

Y el viernes 11 de enero realizaron la última sesión, de clausura, en la sede de la Conferencia Episcopal, en Caracas. Allí, el cardenal Baltazar Porras firmó y selló el dossier y las dos copias que entregó al Vaticano siete días después.